2015-16: Un curso de incertidumbre

Comienza el curso 2015-16 y la sensación que muchos experimentamos este curso es de incertidumbre. No es la primera vez, es más, es casi habitual que en cada principio de curso se espere una nueva normativa que regule algún aspecto y que éste se inaugure sin que esta normativa esté publicada.
Miércoles, 11 de November de 2015
0

Nos hemos acostumbrado a “vivir de borradores”, como manifestaba el compañero Felipe Rodríguez Cortés en el número 20 de la Revista Aosma (Asociación de Orientadores y Orientadoras de la provincia de Málaga: http://issuu.com/revista_aosma/docs/aosma_20).

La incertidumbre es, cuando menos, incómoda en cualquier ámbito de la vida cotidiana, pero en Educación es además muy contraproducente para los objetivos que se pretenden conseguir para la sociedad con el sistema educativo.

La Educación requiere sosiego porque precisa de un tiempo para observar, planificar, reflexionar y evaluar. Unos procesos imprescindibles para la calidad del trabajo, aspectos de los que no habla la Lomce por mucha C de calidad que lleve la ley en su enunciado.

Por ejemplo, el alumnado que ahora comienza Bachillerato no sabe cómo será su acceso a la Universidad. Se enfrentan a una incertidumbre que les impide “observar, planificar, reflexionar y evaluar”. Su profesorado tampoco sabe cómo será la selectividad en 2017, por lo que tampoco puede planificar la etapa en su conjunto… Cabe preguntarse por si alguien sabe responder a esta pregunta: ¿saben quiénes legislan cómo será el acceso a la Universidad en 2017?

Otro ejemplo muy preocupante es el futuro itinerario del alumnado que comienza 3º de Secundaria en los Programas de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento en este curso 2015-16, ¿podrán cursar un 4º de ESO ordinario? y en caso de que la normativa lo permita, ¿en la práctica podrá afrontarlo? Hay que tener en cuenta que este alumnado, por sus dificultades, ha sido apartado del currículo normalizado en un nivel previo, en otras palabras, ¿se puede superar un 4º de ESO ordinario después de haber cursado un 3º de ESO digamos “adaptado”? Aquí cabría formular una nueva pregunta: ¿saben quiénes legislan las dificultades que tiene el alumnado objeto de medidas de atención a la diversidad para seguir un currículo normalizado? Dicho de otro modo: ¿saben quiénes legislan sobre alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo?

La sensación que estamos viviendo de incertidumbre en Educación no es nueva y nos estamos acostumbrando tanto a ella que, como sensación está comenzando a derivar en hastío. Se está convirtiendo en un cansancio que asiente con aquel que vocifera un “sálvese quien pueda” y por eso muchos continúan siguiendo los mismos papeles amarillos con independencia de la normativa vigente o pendiente de publicar.

Otros, quizás más optimistas o ingenuos, seguimos manteniendo la esperanza de que algún día el sistema educativo en España tenga una normativa estable e independiente de vaivenes políticos, con una mirada a largo plazo y pensada para el beneficio de toda la sociedad. Una normativa que se base en la experiencia de quienes trabajan en los centros, porque es imprescindible contar con aquellos que aunque no legislen, “saben” y saben mucho de Educación.

Como dijo en una triste ocasión la periodista Gemma Nierga, dirigiéndose a los políticos: “Ustedes que pueden, dialoguen”, así que como orientadora y aún más como ciudadana, les pido que para legislar empiecen por consultar a los profesionales de la Educación, probablemente nos irá mejor a todos. El interés de un partido político no puede estar al margen del interés del pueblo al que dicho partido dice servir.

0
Comentarios