Apuntes sobre la Universidad (II)

Viernes, 29 de January de 2016
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España se mantiene como el país de la Unión Europea que más estudiantes ha enviado al exterior y que más ha recibido de otros países dentro del programa de intercambio europeo Erasmus, según datos publicados por la Comisión Europea, de los que se ha hecho eco el Ministerio de Educación.

De acuerdo con los datos, que pertenecen al curso 2013-14, un total de 37.235 estudiantes en España se beneficiaron de una beca Erasmus para cursar parte de sus carreras en una Universidad europea, el mayor número de toda la UE, por delante de los 36.759 de Francia y los 36.257 de Alemania, aunque suponen una caída del 5,13% respecto a los 39.249 españoles que participaron en el curso académico anterior, y que conformaron también el mayor número de la UE.

España se mantiene también como el país preferido para estudiar en el extranjero al recibir un total de 39.277 estudiantes de otros países en el curso de referencia, por delante de Alemania y Francia, país que eligieron para estudiar en el extranjero 30.964 y 29.621, respectivamente.

Sin embargo y pese a que los datos son positivos, el cuadro presenta luces y sombras, ya que, al hilo de las palabras del comisario europeo de Educación, Tibor Navracsics, que si, como ya ocurre, los Estados miembros “recortan fondos” para el programa Erasmus, que se cofinancia con presupuesto de la UE y de los países que la integran, “puede tener un impacto” en la caída de estudiantes que se benefician del programa en los mismos. Y de hecho, en España y en otros Estado la reducción del número de participantes en el programa de movilidad más reconocido del continente es muy relevante.

Ante esta situación CRUE Universidades Españolas ha solicitado al Ministerio de Educación una evaluación del Programa Erasmus y realizar una serie de modificaciones con el objetivo de aumentar la presencia de estudiantes españoles en Europa.

Por otro lado, las cifras de movilidad Erasmus pueden llamar a la confusión sobre la internacionalización de las universidades españolas. Precisamente, los rectores presentaron el pasado 18 de este mes un informe en el que se desvelaba que nuestras universidades estaban en el furgón de cola europeo en relación con la internacionalización. Y es que el sistema universitario español acoge tan solo a un 2,8% de estudiantes internacionales, un pobre porcentaje comparado con el de Reino Unido (17%), Suiza (16%) o Austria (15%).

Este dato contrasta con el de Erasmus y pone de manifiesto que la mayoría de quienes vienen a estudiar a España no cursan una carrera completa sino un cuatrimestre o un curso escolar como máximo a través de este programa europeo, pero son muy pocos los que quieren cursar estudios completos en una universidad española. Pese a los convenios entre instituciones, la complicada burocracia y la escasa oferta de grados y másteres en inglés desalienta a los alumnos extranjeros.

Los buenos datos del programa Erasmus y el lógico triunfalismo de los responsables del Ministerio de Educación pueden crear confusión. Erasmus e internacionalización son proyectos diferentes, con objetivos distintos. Ambos pueden convivir sin ningún problema y ambos necesitan mejorar para ampliar las posibilidades de los universitarios. Pero la competitividad y el prestigio de nuestras universidades pasa por la internacionalización, por la captación de alumnos de otros países para nuestras universidades.

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