Yo también soy superdotado intelectual

Sí, en el artículo anterior que publiqué, llamado Hola, Omar Jerez, mi hijo es superdotado intelectual, esta vez me refiero a la cantidad de personas supuestamente adultas superdotadas que me escriben para comentarme lo mismo. Lo primero es que dos de cada 100 personas en el mundo tienen altas capacidades, por lo que no es algo que se pueda decir que sea muy elevado en términos estadísticos dentro de la población. Pero si algo me resulta fascinante de todas las personas que me escriben para comentarme que ellos son adultos con altas capacidades, es sobre todo por la capacidad de mentir a la hora de comentarme el número de su cociente intelectual que les ha dado en los test de inteligencia. Las últimas dos personas me han dado cifras de nada más y nada menos que de 170 de cociente intelectual y 168.
Cuando les preguntas el nombre de esos test, quién es el perito psicólogo experto en altas capacidades que se lo ha evaluado, el año en que se lo ha realizado y otra serie de cuestiones, todos directamente no saben contestarte, y “casualmente” se remiten a su infancia. Es curioso que se remitan a un test realizado en la infancia cuando se han dirigido a mí como adultos con altas capacidades, donde los test realizados en la infancia no tienen por qué coincidir con lo que tienen en la edad adulta.
Es importante mantener alejado este tipo de sujetos que basan sus supuestos “test” en cualquier narrativa que vivimos las personas con altas capacidades, ya que, aparte de no serlo por razones científicas, muchos son los que buscan tener una condición que no les ha tocado, pero que por diferentes mecanismos buscan estar en estos grupos sin los criterios de los profesionales establecidos.
