Geni Ramos: "El riesgo no es que la IA te quite el trabajo, sino que lo haga alguien que sepa usarla mejor que tú"
Geni Ramos es profesora y colaboradora de programas e instituciones educativas como American Business College, The Power MBA, Universidad de Valencia, Universitat de Girona, Escuela Mkt and Web, Instituto de pensamiento positivo, y mucho más… Es CEO de LaConsultoriaDigital.com y cofundadora de la Prodigi Academy. Speaker internacional y formadora de empresas líderes del mercado digital, también es autora del libro Emprende en Digital (y haz tu vida más fácil).
¿Cuáles crees que son las profesiones, no ya del futuro, sino del presente?
–Hoy convivimos con dos realidades: negocios tradicionales que incorporan tecnología, y una nueva economía digital –la economía creadora– que ya representa un 3% del PIB global. En este nuevo entorno, aparecen profesiones vinculadas al trabajo remoto y a la creación de contenido educativo, de entretenimiento o de valor práctico. Desde Prodigi Academy identificamos tres perfiles muy demandados: Office Manager Digital (la persona que asiste al CEO o creador en la gestión diaria), Digital Project Implementer (el técnico que construye y mantiene la infraestructura digital del negocio), e Integrador de Negocios Digitales (el perfil de liderazgo operativo que actúa como ‘copiloto’ de la empresa en crecimiento).
¿Y alguna de futuro que hoy todavía no se haya descubierto?
–Hace diez años te habría dicho que lo mejor era ir por libre. Pero si hoy tuvieras que empezar de nuevo, te diría que el futuro pasa por la colaboración, por mantener una actitud despierta, y por estar en aprendizaje constante. Las nuevas oportunidades surgirán de la combinación entre lo humano y lo tecnológico. El riesgo no es que la IA te quite el trabajo, sino que lo haga alguien que sepa usarla mejor que tú. La clave no está en adivinar nombres futuristas, sino en desarrollar pensamiento estratégico, adaptabilidad y capacidad de aportar valor con ayuda de la tecnología.
¿Todas las ‘nuevas profesiones’ pasan por dominar herramientas digitales?
–Más que dominar herramientas digitales, lo importante es usarlas con estrategia. Hoy en día, el acceso a tutoriales está al alcance de todos, pero el valor real está en cómo aplican esas herramientas con lógica y pensamiento crítico. Las habilidades técnicas humanas, pero sin criterio, sin visión y sin estrategia, se quedan cortas. La combinación de herramientas digitales más pensamiento estratégico es lo que marca la diferencia y permite generar resultados, automatizar procesos y aportar valor real en cualquier profesión.
La combinación de herramientas digitales más pensamiento estratégico es lo que marca la diferencia y permite generar resultados, automatizar procesos y aportar valor real en cualquier profesión
¿Cómo impactará la IA en el futuro del trabajo?
–La inteligencia artificial ya está impactando el presente del trabajo, y lo hace a gran velocidad. No viene a quitarnos el empleo, viene a transformarlo. Quien dominará el mercado laboral será quien sepa utilizar la IA como copiloto para tomar mejores decisiones, ser más eficiente y liberar tiempo para tareas que requieren creatividad, empatía o pensamiento estratégico. La IA no elimina el trabajo, transforma cómo lo hacemos.
¿Crees que ya vamos tarde en cuanto a formación en el ámbito de la IA?
–Sí, vamos tarde, pero estamos a tiempo si reaccionamos. El problema es que no tenemos suficientes docentes en activo que usen IA y que puedan formar desde la experiencia. En las universidades sigue habiendo una brecha entre lo que se enseña y lo que ocurre en el mercado real. No se trata de formar expertos, sino profesionales que entiendan cómo aplicar la IA en su campo con criterio. Y para eso necesitamos urgentemente formadores que estén trabajando en el día a día.
¿No te parece que todavía hay mucha brecha digital, incluso en jóvenes?
–Sí, y es más complejo de lo que parece. La brecha digital no es solo de acceso, también es educativa, económica y de criterio. Muchos usan redes sociales, pero no saben escribir un correo, usar un documento colaborativo o hacer una búsqueda con sentido. Y sin ánimo de ofender, muchos padres han querido obviar su responsabilidad en educar digitalmente a sus hijos. Igual que ocurre con la educación financiera, son temas fundamentales que se están dejando de lado. Y cuando no se enseña en casa, lo aprenden por imitación, sin filtros ni criterio. Necesitamos volver a las bases: mecanografía, redacción, hojas de cálculo, herramientas funcionales.
Quien dominará el mercado laboral será quien sepa utilizar la IA como copiloto para tomar mejores decisiones, ser más eficiente y liberar tiempo para tareas que requieren creatividad, empatía o pensamiento estratégico
¿Qué podemos hacer para romper esta brecha digital?
–El problema no son los niños, somos los adultos. Como sociedad, necesitamos asumir que el mundo digital existe y educar con normas claras. Enseñar lo básico: redactar un correo, descargar una factura, identificar fraudes, etc. Y hacerlo con una metodología entretenida. A los niños les encanta aprender si se lo presentas bien. Por eso en Prodigi Academy apostamos por aprender haciendo, con ejemplos reales, herramientas útiles y una metodología viva. La brecha no se cierra con más teoría, sino con formación práctica, cercana y útil para la vida.
¿Qué opinas del recelo con el que se está tratando el ámbito digital en el sector educativo? ¿Se trata de un retroceso? ¿Cómo impactará en el futuro el límite o incluso la prohibición del uso de pantallas en el aula?
–Desde mi punto de vista, es una pena lo que está pasando. Hay una especie de lucha que no entiendo. Al final, educar es educar, y lo importante es que el alumno aprenda, no si lo haces desde lo digital o desde lo tradicional. Me preocupa ver lo hermético que sigue siendo el sistema en su forma de enseñar. El otro día vi que una chica había aprobado Matemáticas de Bachillerato gracias a un canal de YouTube. ¿Qué pasa, que eso no cuenta? ¿Los docentes tienen miedo de perder su lugar o de actualizarse? A mí me gusta pensar que viene una nueva generación de educadores con una mentalidad más abierta, que entiende que se puede educar desde muchos enfoques distintos. Yo, por ejemplo, tuve muchas dificultades de aprendizaje cuando era pequeña, y en aquel momento solo existía una vía: memorizar, memorizar, memorizar. Hoy, afortunadamente, hay más caminos. Que un alumno pueda demostrar que es válido a través de la práctica, no solo de la teoría, es algo maravilloso. Sobre el uso de pantallas en el aula, entiendo algunas restricciones, porque se ha hecho un mal uso, pero eso no es culpa del alumno. Es un problema de falta de estándares claros tanto en casa como en el colegio. Debería existir una normativa y enseñar a convivir con ambas herramientas: el papel y la tecnología. La clave está en el equilibrio.
¿Realmente crees que se dar ese equilibrio entre lo digital y el libro o los materiales educativos tradicionales?
–Totalmente. El equilibrio tiene que existir. Yo llevo muchos años dando clase y también recibiendo formación, y sé que hay una parte del papel que es insustituible. Poder visualizar y escribir básicamente activa la memoria de otra manera. De hecho, aunque nuestra academia es 100% digital, animamos a los alumnos a imprimir materiales, tomar apuntes a mano y trabajar con cuadernos físicos. Hay una parte visual, táctil y cognitiva que sigue siendo muy valiosa. La tecnología no debe reemplazar la tradicional, debe complementarla.
Me preocupa ver lo hermético que sigue siendo el sistema en su forma de enseñar
¿Cómo inspirar a las nuevas generaciones para que se atrevan a emprender negocios o proyectos digitales?
–Estamos viviendo un momento histórico. Hoy, gracias a internet, puedes trabajar desde cualquier lugar del mundo y conectarte con cualquier persona. Y al ser el español el segundo idioma más hablado del planeta, tenemos una oportunidad increíble para lanzar proyectos con impacto global. Si tienes una idea, pruébala. No te quedes en el pensamiento. Emprender no es fácil, hay que persistir, tomar decisiones difíciles, buscarse la vida… pero si lo logras, la libertad personal y profesional que consigues no tiene precio. Ni económico ni emocional.
¿Cómo abordar el reskilling y el upskilling de los trabajadores de mediana o de mayor edad?
–Me encanta esta pregunta. A quienes están en sus últimos 10 o 15 años de vida laboral les diría algo muy claro: las habilidades digitales se aprenden, como cualquier otra habilidad en la vida. En Prodigy Academy hemos acompañado a personas de 50, 55 o incluso 60 años que se han reinventado profesionalmente en el ámbito digital. Todo parte de la mentalidad. Pero además, esa generación tiene un valor inmenso. Tienen presencia, sentido común, habilidades de comunicación, saber estar… Tienen una mano derecha que muchas empresas necesitan. Hoy más que nunca hacen falta en puestos administrativos, en atención al cliente, en liderazgo, en soporte… Y lo digital no debe ser una barrera, debe ser una oportunidad de actualización.
