Innovamat, la expansión de una aplicación para aprender matemáticas que genera dudas
Las escuelas que han apostado por Innovamat tienen que pagar por este servicio, lo que puede traducirse en una cuota adicional para las familias y en una brecha entre los niños según su entorno socioeconómico © ADOBE STOCK
En un contexto en el que los resultados en matemáticas de diferentes pruebas -como las PISA, TIMSS o evaluaciones de final de etapa- no son los esperados, Innovamat se presenta como una alternativa que pretende transformar el aprendizaje de las ‘mates’, pasando de un modelo memorístico a otro competencial.
La propuesta, que nace en 2017, se está expandiendo con éxito: ya se aplica en 2.400 escuelas de nueve países y en más de 1.700 centros educativos públicos y privados de España.
Si bien este programa tiene el objetivo de enseñar nuevas formas de aprender las matemáticas, el responsable del proyecto en Cataluña, Jordi Balbín, ha explicado a EFE que “Innovamat no se ha inventado nada“.
“Nuestra propuesta didáctica prioriza que el alumnado entienda los contenidos y el porqué de lo que hace, y construya conocimiento mientras desarrolla habilidades y competencias”, sostiene Balbín, que remarca la necesidad de que las matemáticas dejen de generar angustia en los estudiantes.
Sin embargo, esta propuesta didáctica ha suscitado una creciente preocupación entre algunas familias de los centros que utilizan Innovamat, que son uno de cada tres en Cataluña.
Dudas con la ‘gamificación’
Uno de los aspectos que más inquietud despierta es el uso de pantallas y elementos lúdicos dentro del proceso de aprendizaje, en particular la ‘gamificación’ de las actividades digitales.
Las familias agrupadas en la Plataforma per l’Educació de Qualitat alertan de que la aplicación dispone de elementos visuales, sonidos y recompensas digitales que siguen patrones propios de los videojuegos, lo que, a su juicio, puede generar dependencia.
“Desde el primer momento, la aplicación recurre a diseños que atrapan la atención de los niños y los empuja a interactuar de forma constante con la pantalla”, indica a EFE la portavoz de la plataforma, Dori Huertas.
La portavoz de la plataforma asevera que estas recompensas “siguen un patrón adictivo” y hacen que los alumnos busquen constantemente el estímulo: “Varias familias han observado cambios de humor, nerviosismo o irritabilidad en sus hijos tras un uso prolongado“, asegura.
Por ello, la asociación se muestra preocupada ante la posibilidad de que este tipo de estímulos puedan desviar el foco del aprendizaje hacia la búsqueda constante de gratificación.
Limitar las pantallas
En un momento en el que Cataluña y otras comunidades van en la línea de limitar las pantallas en las aulas, otro de los puntos más controvertidos de Innovamat es el uso de dispositivos como tabletas para hacer ejercicios.
Desde Innovamat insisten en que las pantallas solo se utilizan en una sesión semanal de 45 minutos en Primaria (en niños a partir de 6 años) bajo la supervisión del docente y siempre con fines educativos, mientras que en Infantil (0-6 años) no se emplea tecnología alguna.
Asimismo, argumentan que sus actividades digitales no están diseñadas con motivaciones extrínsecas ni recompensas variables, y que la tecnología se utiliza para individualizar el aprendizaje y ofrecer a cada alumno los ejercicios que necesita consolidar.
El proceso de aprendizaje
La Plataforma per l’Educació de Qualitat también critica que los alumnos deben aprender diferentes métodos para resolver un mismo tipo de operación y mantener simultáneamente varios conceptos en la memoria de trabajo, lo que -aseguran- “complica el proceso de aprendizaje”, especialmente en alumnos con trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o del espectro autista (TEA).
Por su parte, Innovamat mantiene que el aprendizaje memorístico “ni se consolida en el tiempo, ni tiene sentido en lo que es la actividad matemática”, por lo que -señalan- tiene “mucho más sentido” que el alumno entienda la operación y la practique para adquirir fluidez.
La cuota
Las escuelas que han apostado por Innovamat tienen que pagar por este servicio, lo que puede traducirse en una cuota adicional para las familias y en una brecha entre los niños según su entorno socioeconómico, avisa la Plataforma per l’Educació de Qualitat.
La empresa responde que si algún alumno no puede hacer frente a la cuota de 40 euros de los materiales educativos disponen de un programa de becas para que el aula de matemáticas se pueda llevar a cabo.
Con todo, la plataforma de familias pide al Departamento de Educación y Formación Profesional de la Generalitat catalana que actúe con urgencia para revisar el uso de Innovamat en las aulas, y reclama “garantías de gratuidad y equidad” que aseguren una educación inclusiva y accesible para todo el mundo.
Por su parte, fuentes del departamento han explicado a EFE que no disponen de un recuento oficial de los centros que utilizan Innovamat ya que su implementación depende de la autonomía pedagógica de cada escuela.
A lo que añaden que son los equipos directivos los responsables de garantizar el liderazgo pedagógico dentro del marco del currículo, con el acompañamiento, ayuda y supervisión de la inspección educativa.



