Cientos de profesores se forman en el comienzo de curso bajo el paraguas de la Universidad de Otoño

El XLIV encuentro del Colegio Oficial de Docentes de Madrid ofrece cursos presenciales para la docencia de todos los niveles educativos, con el fin de fomentar el bienestar en las aulas y el éxito académico del alumnado.
MagisterioViernes, 12 de September de 2025
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Una nueva etapa escolar acaba de comenzar y los profesores deben estar preparados para dar la mejor formación a los estudiantes. Del 8 de septiembre al 25 de octubre se ha convocado una nueva edición de la Universidad de Otoño, organizada por el Colegio Oficial de Docentes de Madrid y en colaboración con la Dirección General de Bilingüismo de la Comunidad de Madrid. Los cursos tendrán lugar en dos sedes, la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y el Colegio Oficial de Docentes. Estos son de carácter gratuito y cuentan con créditos oficiales de la Comunidad de Madrid para sexenios.

Felicidad en las aulas

El objetivo principal es desglosar las claves para transformar las aulas en espacios que motiven y enriquezcan el proceso pedagógico del alumnado. Varios expertos en Pedagogía, Psicología y el desarrollo evolutivo del niño, entre otros, serán los responsables de dirigir las sesiones de la Universidad de Otoño: Begoña Ibarrola, Juan José Vergara o Esther Blanco son algunos de ellos.

El impacto de cada materia

El segundo eje de contenidos está especializado en las técnicas didácticas específicas para impartir cada una de las asignaturas y materias con éxito. Desde el uso del humor en la clase de Literatura, hasta el conocimiento del patrimonio nacional para Estudios Clásicos, son algunos de los ejemplos para mejorar diariamente en las aulas.

Entrega de Medallas de Honor

Profesores y personalidades académicas recibirán Medallas de Honor en reconocimiento de su labor por el fomento de una educación de calidad en España, durante el acto central del 23 de septiembre en la Facultad de Geografía e Historia de la UCM.

Algunos de los premiados serán la presidenta del consejo Escolar de Madrid, Pilar Ponce, el decano de la facultad de Geografía e Historia de la UCM, Miguel Luque Talaván, o el director de la Imprenta Artesanal-Artes del Libro de Madrid, Francisco José Martín.

Amador Sánchez: "Hace falta renovar algunas didácticas y mantener activas las que han demostrado
que son válidas durante años"

“Hemos conseguido que compartan mesa representantes de la administración educativa de uno y otro signo ideológico”.

El decano del Colegio Oficial de Docentes de Madrid ha explicado algunas de las peculiaridades de este encuentro. Este año viene definido por una premisa: hay que ofrecer a los profesores herramientas para que puedan estimular el interés por aprender de los alumnos y potenciar así unas “aulas felices”.

¿Cómo ha de ser la formación docente en momentos como los actuales, marcados por grandes cambios sociales y educativos?

—La formación permanente es imprescindible en los tiempos actuales. Los cambios son vertiginosos en nuestra sociedad y, por ende, en el desarrollo cognitivo de los alumnos. Tenemos que enseñar en paralelo a las redes sociales, a internet y, ahora, a la inteligencia artificial. Por eso, el maestro tiene que renovar constantemente sus metodologías, aceptar las nuevas y mantener las que se han demostrado eficaces. Y, además, ha de reforzarse emocionalmente para hacer frente al estrés e incluso a las presiones que proceden de la sociedad, de los alumnos y de las familias.

¿Cuál ha sido el hilo conductor a la hora de elegir la decena de cursos que forman parte de esta convocatoria?

—La Universidad de Otoño lleva 44 años dando respuesta a las demandas formativas de los profesores y, en los últimos años, muy especialmente, a la necesidad de conseguir un clima escolar amable, un entorno en el que los alumnos estén estimulados y los profesores se sientan cómodos y felices en su trabajo. Este año hemos puesto el énfasis en estos contenidos interdisciplinares, porque creemos que son muy necesarios. El segundo bloque tiene que ver con la formación específica en cada materia y asignatura, al ofrecer cursos que responden a las necesidades del día a día de las aulas o a planteamientos didácticos que ayuden a que la materia o asignatura resulte más atractiva para los alumnos.

En cuanto al primero de los bloques, los cursos dedicados a promover el bienestar de docentes y alumnos, ¿qué destacaría? ¿Qué compromiso mantiene el Colegio con estos objetivos?

—El compromiso del Colegio con el bienestar en la educación y en todos los ámbitos de la vida es absoluto. El curso Educar para la vida: descubrir el talento, o los dedicados a implantar estrategias en el aula que ayuden a resolver conflictos, a conocer y manejar las emociones y a despertar el interés por aprender van en esa línea. Contar con profesionales de la talla de Juanjo Vergara, Begoña Ibarrola o Jaime Buhigas es todo un privilegio para el Colegio y para los asistentes que se animen a escucharlos.

La Universidad de Otoño tradicionalmente tiene como objetivo formar a los profesores en las didácticas específicas de cada materia o asignatura. Por ejemplo, incorpora un curso dedicado a ayudar a diseñar las Prácticas en la asignatura de Geografía ¿Es necesario renovar las didácticas?

—Hace falta renovar algunas didácticas y mantener activas las que han demostrado que son válidas durante años. Lo que sí que está claro es que el profesor necesita conocerlas para poderlas manejar y adecuar a su contexto socioeducativo. Por ejemplo, el curso diseñado para los docentes que imparten Geografía en ESO y Bachillerato está impartido por ‘formadores de formadores’, profesores universitarios especialistas en Meteorología, en Economía, en Climatología o en Estadística. Muchos de ellos son miembros de grupos de investigación de reconocido prestigio, que pueden aportar mucho a la Enseñanza Secundaria. El curso dedicado al uso didáctico del humor en las aulas, o el dirigido a los profesores de las asignaturas de Estudios Clásicos tienen el mismo diseño.

Uno de los seminarios más concurridos, año tras año, es el dirigido a los profesores de Religión. En la última edición estuvo dedicado a un tema muy original, el uso la música como recurso didáctico, en el que se realizaron incluso conciertos en directo. ¿Cuál es el tema elegido en esta convocatoria?

—Este año está dedicado al uso del cine como recurso didáctico, en concreto al cine de carácter ‘espiritual’ o religioso, aquel que puede definir valores y compromisos solidarios entre los alumnos. Contamos en este caso con la colaboración de la Delegación Episcopal de Enseñanza de Madrid, y lo impartirán algún director de cine y guionista y también profesores que son autores de guías didácticas de cine, o expertos en la gran pantalla que entrevistarán a directores y actores. Es un ejemplo de cómo podemos interesar a los alumnos con metodologías que se adapten a sus intereses.

Hablando de originalidad y de nuevas metodologías, sorprende el tema elegido para los profesores de Lengua y Literatura. ¿Puede ser el humor una herramienta para aprender estas asignaturas?

—Desde luego. ¿Hay algo mejor que una sonrisa para iniciar una clase? Los coordinadores de este curso pensaron, con acierto, que la generación literaria del 27, con sus tertulias y las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, son un recurso para aprender con humor; como lo es la poesía y música de Joaquín Sabina. El curso abordará otros temas interesantes: las revistas de humor gráfico como El Jueves o El Papus, que contribuyeron al cambio político en España en los años 70 y 80, así como al humor gráfico que se publicó durante la Transición.

La Universidad de Otoño contará con un acto central, el 23 de septiembre, en el que compartirán mesas representantes del mundo académico y de la administración
educativa. ¿Qué significado toma esta convergencia?

—Desde hace años, este acto central aglutina a representantes de las administraciones educativas y del mundo académico, en una demostración de que el diálogo es posible. Hemos conseguido que compartan mesa representantes de la administración educativa de uno y otro signo ideológico, con los responsables de las universidades y también de las instituciones más importantes en materia de educación de nuestro país. La Universidad de Otoño es también un espacio de diálogo, y este acto central lo pone de manifiesto.

Por otro lado, desde la edición de 2024, hemos querido que este acto central sea, además, un encuentro intergeneracional, es decir, que estuvieran presentes en salón de actos de la Facultad de Geografía e Historia los propios alumnos universitarios que, por lógica, terminarán ejerciendo como docentes o como profesionales de las Humanidades. Ha sido una experiencia muy interesante que queremos repetir este
año.

En definitiva, ustedes han diseñado un programa que parece destinado a ayudar a los profesores en un curso que se presenta, una vez más, cargado de retos. ¿Qué mensaje le gustaría trasmitir a todos ellos?

—Quisiera decirles que, desde el Colegio, trabajamos para ayudarles en su desarrollo profesional; que creemos en la formación permanente como principal instrumento para la mejora; y que la profesión docente, pese a la dedicación y el esfuerzo que implica, sigue siendo hermosa y gratificante: nada ni nadie (ni siquiera la inteligencia artificial), podrá sustituir al maestro y a la hermosa labor que realiza en las aulas.

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