De niño superdotado a adulto medio

Son varias las personas que me cuentan que cuando eran niños les habían realizado un test de inteligencia donde los resultados les calificaban como altas capacidades. Ahora esos adultos cuando vuelven a realizarse un test de inteligencia, hallan que los resultados no están en los porcentajes de alguien con altas capacidades. Es interesante este hecho, ya que hay que plantearse cómo un niño que tenía altas capacidades en su edad adulta no se encuentre entre ese 1 de cada 50 personas en el mundo con un cociente intelectual de 130 que es lo que en este momento está determinado para entrar en la categoría de altas capacidades. Es un tema que es completamente desconocido incluso dentro de los que tenemos altas capacidades, o por los respectivos profesionales que trabajan directamente con el tema.
Es un hecho que ese niño que tenía altas capacidades y ya siendo un adulto se halla en la media de la población se debe a que no estuvo rodeado de un ambiente académico adecuado, o que su entorno más directo no supo incentivar en el niño todas sus posibilidades para seguir desarrollando todo su potencial en el ámbito que mejor encajara. Es cierto que algunos de los que tenemos altas capacidades no hemos estado en los entornos de formación más adecuados para trabajar en nuestras habilidades, pero sí hemos contado con un núcleo familiar que ha puesto sobre la mesa todos los recursos que ellos entendían para que nuestros estímulos estuvieran acorde a nuestra curiosidad. Es interesante que se lleven a cabo diferentes trabajos sobre esta cuestión que pongo sobre la mesa para entender cuáles son los formatos idóneos para que ese niño no sufra un retroceso intelectual en su edad adulta, pudiendo desarrollarse plenamente en el campo de su intelectualidad.
