Tener cultura no es igual a tener altas capacidades

Tener cultura no es igual a tener altas capacidades, siendo algo que he tenido que expresar en más de una ocasión con diferentes sujetos, ya que la persona, entre su torpeza y su desconocimiento, considera que realizarte una pregunta sobre un campo del conocimiento que él conoce sirve para evaluar qué cociente intelectual tiene uno. Este tema sale a colación en diversas ocasiones, ya sea por ignorancia o por cualquier otro motivo, donde incluyo en este pack a los profesionales de la enseñanza, que siguen en esta misma línea de aunar dos conceptos que no tienen nada que ver el uno con el otro.

Conozco a personas que son cultas, con estudios, que saben varios idiomas y han viajado a más de 90 países, y su cociente intelectual es de 90. Y, por otro lado, conozco a personas con altas capacidades que tienen un cociente intelectual de 150 y son analfabetos funcionales. Es cierto que las personas con altas capacidades suelen tener inquietudes, pero eso no está correlacionado con ser un intelectual ni nada similar, donde varios de ellos tienen fracaso escolar, y está muy lejos de lo que la persona podría hacer con todo su potencial si se hallara en un ambiente adecuado.

Las personas con altas capacidades que yo conozco han adquirido sus conocimientos desde los formatos autodidactas, no llevando esto que comento a la generalidad de las personas con altas capacidades, ya que cada individuo es único, y los patrones para aprender varían entre un sujeto u otro. Para que la gente se haga una idea, el promedio mundial de los países llamados del primer mundo, el cociente intelectual promedio es de 90, siendo a partir de 130 cuando está considerado como altas capacidades. De hecho, varios de los intelectuales que he conocido y que precisamente no son personas con altas capacidades utilizan la oratoria y los conocimientos, pero remitidos desde el argumento de autoridad, es decir, que repiten lo que otros han investigado, y lo hacen como si fuera propio de ellos.