Bienestar docente en tiempos digitales

Correos, plataformas, notificaciones sin fin. La sensación de no desconectar nunca es común entre el profesorado. Encontremos la calma con estas pequeñas rutinas digitales.
Yurena AfonsoMiércoles, 8 de October de 2025
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© ADOBE STOCK

Vivimos rodeados de pantallas. Ordenadores en la sala de profesores, pizarras digitales en las aulas, plataformas educativas que nos piden calificaciones, grupos de Whatsapp que hierven a cualquier hora… ¡Incluso notificaciones que suenan cuando intentamos descansar! La tecnología ha transformado nuestra manera de enseñar, pero también ha multiplicado la sensación de que el trabajo nunca se detiene.

El reto ya no es incorporar multitud de herramientas digitales a la práctica docente, sino elegir las que de verdad nos resultan de utilidad, y aprender a convivir con ellas sin que nos devoren. Esto empieza con algo tan básico como cuidar nuestro propio bienestar.

El mito de la inmediatez

Uno de los grandes enemigos del bienestar docente en la era digital es la idea de que todo debe ser instantáneo. Enviar un correo electrónico hoy parece obligar a recibir una respuesta hoy. Un mensaje en el móvil nos genera la urgencia de contestar al momento. Sin embargo, no tiene que ser así. Establecer fronteras digitales claras es un acto de autocuidado.

  • Decidir a qué hora revisar los correos del centro, evitando hacerlo por la noche.
  • Silenciar las notificaciones fuera del horario laboral.
  • Recordar que contestar con calma también es válido.

Aplicaciones como Bienestar digital (Android) o Tiempo de uso (iOS) permiten medir y limitar el tiempo frente a la pantalla, recordándonos que no todo requiere inmediatez.

Mindfulness con ayuda de la tecnología

Puede sonar paradójico, pero la misma tecnología que a veces nos satura puede ayudarnos a encontrar la calma. En los últimos años, han surgido apps diseñadas para integrar prácticas de mindfulness en el día a día docente:

  • Insight Timer: Ofrece meditaciones guiadas y gratuitas, muy variadas y perfectas para una pausa entre clases. (iOS o Android)
  • Smiling Mind: Pensada para educación, con programas específicos para docentes y alumnado. (iOS o Android)
  • Headspace: Aunque tiene versión de pago, ofrece una selección gratuita de ejercicios breves para aprender a respirar y reducir la ansiedad. (iOS o Android)

Estas pequeñas prácticas no requieren grandes rituales. Basta con dedicar cinco minutos a una meditación guiada antes de entrar a clase o a un ejercicio de respiración consciente tras una reunión complicada.

Tecnología como aliada del descanso

El equilibrio digital no significa renunciar totalmente a lo digital, sino usarlo para cuidarnos. Existen herramientas que convierten el móvil en un recordatorio de descanso en lugar de una fuente de estrés:

  • Forest: Una app que “planta árboles virtuales” mientras no tocas el móvil. Ideal para concentrarse corrigiendo exámenes o preparando clases sin interrupciones. (iOS o Android)
  • Stretchly: Aplicación gratuita de ordenador que recuerda que debes hacer pausas, levantarte y estirar. (Ordenador)
  • Calmaria: Propone ejercicios de respiración sencillos para bajar revoluciones en un minuto. (iOS o Android)

No se trata de llenar la vida de apps, sino de dejar que algunas actúen como aliados silenciosos para no olvidarnos de nosotros mismos.

Estrategias para un curso más sereno

El bienestar no siempre requiere de grandes cambios. A veces, pequeños gestos marcan la diferencia:

  • Rutinas digitales saludables: Reservar tramos del día sin pantallas, como la primera hora de la mañana, o el rato antes de dormir.
  • Uso consciente de plataformas: Revisar qué apps realmente necesitamos, y desinstalar las que solamente generan ruido.
  • Cuidar el cuerpo, para cuidar la mente: Estiramientos cada hora, pausas activas entre clases, o respirar profundamente antes de abrir ese correo cargado de burocracia.
  • Espacios de autocuidado colectivo: Compartir con el equipo docente no solo las tareas, sino también estrategias de bienestar, desde playlist relajantes, hasta recomendaciones de apps útiles.

El mundo digital no va a desaparecer de nuestras aulas ni de nuestras vidas. Pero podemos decidir cómo convivir con él. El bienestar docente en la era digital no depende de apagar las pantallas, sino de aprender a usarlas de manera consciente. Aprovechar lo que nos ayuda, y poner límites a lo que nos desgasta.

Además, en medio del exceso de pantallas, corremos el riesgo de olvidar la esencia de la educación: el contacto humano. Por eso, es clave cuidar los espacios presenciales. La conversación espontánea en la sala de profesores, el café tras una reunión, o la tutoría individual que nos recuerda por qué elegimos esta profesión. La tecnología facilita muchas tareas, pero el bienestar docente depende en gran medida de esos vínculos reales. ¿Te animas a empezar a cuidar tu bienestar? ¡Te escuchamos!

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