500 alumnos de Leganés en la Jornada Final del Programa Convivencia Consciente y Activa

Estudiantes de 1º y 3º de ESO de los institutos de la localidad madrileña participantes en esta iniciativa impulsada por las Áreas de Infancia y Juventud del Ayuntamiento disfrutaron de una mañana conociéndose y practicando deporte en la instalación deportiva La Cantera.
Marta Peiro del ValleMartes, 27 de May de 2025
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"Muro de la convivencia" con los mensajes y dibujos de los alumnos participantes en la Jornada Final del Programa Convivencia Consciente y Activa.

Respeto. Escucha. Comunicación. Relacionarse con los demás respetando las diferencias y particularidades de cada uno. Trabajar en equipo y apoyarse. Convivencia.

El Diccionario de la Lengua Española define “convivir” como el acto de “vivir en compañía de otro u otros” y “coexistir en armonía”. El pasado jueves, 22 de mayo, los alumnos de 1º y 3º de ESO de los institutos de Leganés fueron más allá.

Desde las 10 de la mañana hasta aproximadamente las 14 horas, cerca de 500 chicos y chicas de entre 12 y 15 años de la localidad madrileña disfrutaron practicando deporte y conociéndose en la instalación deportiva La Cantera, en la Jornada Final del Programa Convivencia Consciente y Activa.

Dinámicas, debates y juegos para la convivencia

Esta iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Leganés para fomentar una convivencia basada en el respeto, la escucha activa y la participación, se ha desarrollado durante el curso 2024-2025 con los alumnos del último ciclo de Educación Primaria, 1º y 3º de ESO (incluyendo aulas de Diversificación Curricular y de Compensación Educativa), 1º de FP Básica, docentes y familias.

Ellos han sido los protagonistas de los talleres realizados en las aulas. Cada grupo de alumnos y su tutor han recibido sesiones en las que, a través de dinámicas, debates y juegos cooperativos, han hablado sobre la importancia de la comunicación para convivir y resolver conflictos, aprendido a expresar de manera asertiva y empática sus emociones y opiniones, analizado y reflexionado sobre sesgos, estereotipos y roles, y tomado conciencia de grupo, estableciendo objetivos comunes.

En cada sesión han trabajado valores y habilidades como el trabajo en equipo, la comunicación asertiva, la expresión emocional, la empatía o el respeto a las diferencias. Y, en paralelo, se ha formado a alumnos ayudantes con el objetivo de que asuman un papel activo como mediadores, acompañantes o agentes positivos de convivencia. También se han llevado a cabo reuniones con los tutores y formaciones para las familias.

Con estas actividades también se ha buscado ayudar a los chicos y chicas a tomar consciencia de sus sentimientos, emociones y pensamientos y comprender cómo afectan a sus relaciones; reforzar su sentido de pertenencia al grupo y la importancia de resolver conflictos pacíficamente; y promover valores como el compromiso, la empatía y la colaboración.

Aprender a convivir… a través del deporte

Como broche de oro del programa, la instalación deportiva La Cantera de Leganés acogió el pasado jueves su jornada final.

En ella, los estudiantes jugaron al fútbol, al baloncesto, a los bolos, al golf y saltaron a la comba. También pusieron a prueba sus capacidades con los palos de floorball, demostraron sus dotes delante de una cámara en la zona de reporteros y probaron un desayuno rico y nutritivo. Todo ello sin olvidar el “Muro de la convivencia”, donde dejaron mensajes y dibujos en los que expresaron su visión de la convivencia y la amistad.

“Es una maravilla juntar a tantos jóvenes para el broche final de un proyecto que llevan trabajando todo el año”, declaró Laura Castilla. La directora general de Juventud de la Comunidad de Madrid mostró su admiración por una iniciativa que ha apoyado su área como parte de la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales. “Es un proyecto pensado con mucho cariño por el bien de los chavales, una iniciativa que fomenta el respeto y la escucha, la convivencia, que los chicos se junten, se miren y convivan en una región tan estupenda como Madrid”, valoró.

Escuchar desde el respeto y el “buen rollo”

Castilla, graduada en Enfermería por la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Salud Mental por el Hospital Universitario La Paz, consideró que “la convivencia es verte a ti mismo y a la otra persona tal y como sois, con vuestras circunstancias, y respetaros”. Y opinó que “falta que escuchemos a nuestros mayores y que nos mezclemos entre diferentes edades”. “Al escuchar a personas de otras generaciones puedes entender lo que han vivido y vives tú”, afirmó.

Castilla aprovechó la mañana para hablar con los jóvenes de Leganés sobre las actividades que estaban haciendo y sobre el impacto que han tenido en ellos los talleres de convivencia. De igual manera lo hizo Miguel Ángel Recuenco, el alcalde de la localidad, quien no dudó a la hora de dar voz a los estudiantes para inaugurar la jornada, acercándose a ellos en el césped y dejándoles el micrófono.

“Que diferentes institutos convivan en un espacio común es algo brutal, porque cada uno tiende a moverse en unos círculos limitados, entre la gente que conocen, y así amplían su círculo”, expresó Recuenco, ilusionado por el “buen rollo” reinante entre la “juventud de la ciudad”. “Lo más importante es generar círculos con los que el día de mañana puedas seguir disfrutando de una vida sana”, señaló, subrayando la necesidad de “formarse y educarse” para ello.

El alcalde definió la convivencia como el “respeto al que piensa de manera diferente y el buen rollo”. “A partir de ahí”, dijo, “se puede construir un futuro mejor, se puede con todo”. Recuenco también destacó la importancia de “tener una ciudad para vivir y vivirla”.

“Somos del mismo instituto, pero nunca habíamos hablado”

Y, ¿qué dicen los principales protagonistas? Desde el IES Pedro Duque, algunas alumnas apuntaron que los talleres les han ayudado a “hablar entre todos y trabajar en grupo”.

Gracias a los ejercicios practicados en cada sesión, aseguraron, “la comunicación, la amistad y la confianza han crecido”. Además, el programa les ha ayudado a “conectar entre las distintas clases, y, si hay alguien nuevo, integrarlo”. “Somos del mismo instituto y vamos al mismo curso, pero nunca habíamos hablado mucho”, reconocía una alumna de 3º.

Estudiantes del IES Salvador Dalí analizaron, también, los beneficios para los más introvertidos. “Hay personas a las que les cuesta más socializar, y en estos talleres es más fácil que en otros sitios”, manifestaron alumnas de 1º.

Fue llamativo ver cómo algunos estudiantes formaron grupo con otros a los que conocieron esa misma mañana. Todos admitieron que, de no ser por los talleres, no se hubieran juntado con tanta facilidad. “Normalmente no me suelo relacionar con tanta gente, ni de mi clase”, puntualizó una de las integrantes de uno de esos grupos, procedente del IES La Fortuna.

De este mismo centro, llamó la atención el caso de una estudiante de 1º de ESO que, pese a venir de una familia numerosa, confesó que “antes no hablaba con nadie, y ahora socializo con gente, he dejado de ser antisocial”.

Sus compañeros valoraron el aprendizaje a la hora de “respetar las opiniones de otras personas”, y la importancia de llevarse bien con sus compañeros “aunque no seamos amigos”. “No importan las diferencias, porque todos somos iguales”, incidieron.

Más apoyos para la convivencia

No solo los alumnos han salido reforzados con el Programa Convivencia Consciente y Activa. Almudena Pérez, profesora del ámbito científico-tecnológico de 3º de ESO del IES Enrique Tierno Galván, calificó de “muy necesarias” iniciativas como esta. “A lo mejor una sesión se queda hasta corta”, sugirió. Sin embargo, puso el foco en algunas complicaciones. “Creo que con grupos con 25 ó 30 alumnos y a ciertas edades es más complicado, porque han madurado más y los problemas son más complejos”, apreció.

En este sentido, Pérez ensalzó la figura de los orientadores, y recomendó “que haya varias personas en ese departamento”. “Una no da abasto para solucionar todos los problemas que acontecen cada jornada en el instituto, a veces muy gordos”, garantizó. Además, pidió la implicación de todas las familias. “Hay algunas que piensan que, al hacer ese salto del colegio al instituto es como si sus hijos ya fueran mayores. Y no, siguen necesitando que sus padres estén ahí”, estimó.

Su compañero Daniel García, profesor de Educación Física en 3º y 4º de ESO, observó cómo en los cursos superiores los alumnos tienen “menos problemas académicos, pero más emocionales y psicológicos”. Por eso, dijo, tanto profesores como familias deben “estar pendientes para tratarlos”. También reclamó “más ayudas para cubrir las necesidades que requiere el alumnado” y destacó la importancia de “la relación cara a cara” de la jornada.

Manuel Sener, profesor de Tecnología del IES Pedro Duque, subrayó cómo la jornada permitió que “gente de diversos institutos se conozca y pueda establecer lazos de unión fuera del propio instituto”. También apostó por “fomentar la comunicación con la familia, atenderles y darles instrucciones: muchas veces están desbordados y les vendría bien una formación para tratar a sus hijos”.

Por su parte, su compañero Pedro Sánchez, del mismo ámbito y centro, habló sobre cómo estas actividades permitieron a sus alumnos “abrirse y conocer gente”. “Han conocido aspectos de los compañeros que no hubieran conocido si no hubiera sido por los talleres”, comentó.

Chus Arellano es profesor de Lengua y teatro de 1º y 4º de ESO en el IES Siglo XXI. Desde su punto de vista, “estas iniciativas ayudan a los chicos a integrarse, a tener empatía, a no dejar a nadie solo… ahí ha habido avances importantes”.

Y nadie quedó solo. Como muestra, el flashmob en el que todos juntos, alumnos de diferentes institutos y cursos, bailaron al ritmo de capaz (merengueton).

Leganés, demostrando que sus jóvenes saben bailar, practicar deporte, y relacionarse con respeto. Convivir.

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