Explora, dispara y aprende
El verano es sinónimo de descanso, desconexión, playa, sol, tiempo libre… Pero también puede ser una gran oportunidad para fomentar la curiosidad y la creatividad. ¡Aprovechemos este periodo para animar al alumnado a descubrir el mundo de la fotografía!
No se trata de mandar tareas o sobrecargar las vacaciones con deberes. Vamos a proponer un reto divertido, voluntario y lleno de posibilidades, de forma que puedan disfrutar mientras viajan, pasean, descansan o, simplemente, observan lo que les rodea. La fotografía es una herramienta educativa de enorme valor, y en verano se vuelve accesible, inspiradora y estimulante.
¿Qué puede aportar la fotografía?
Lejos de ser un mero entretenimiento, la fotografía es una disciplina transversal que conecta con múltiples competencias, áreas de conocimiento y habilidades personales.
Desarrollo de la creatividad y la sensibilidad artística
Componer una imagen implica tomar decisiones estéticas: encuadre, colores, luz, perspectiva, temática… Esto despierta en el alumnado una capacidad creativa que va más allá de lo visual. Además, esta capacidad creativa puede trasladarse a otros ámbitos como la escritura, el diseño, la música o incluso las ciencias.
Fomento de la observación y la atención plena
Para hacer buenas fotografías hay que mirar con atención, detenerse en los detalles, buscar el momento preciso. Esto favorece una actitud más consciente hacia el entorno, que puede tener efectos muy positivos en la concentración y en el bienestar emocional.
Pensamiento crítico y mirada consciente del entorno
Decidir qué se fotografía y cómo se muestra implica interpretar la realidad, elegir un punto de vista. Este proceso desarrolla una mirada crítica y analítica que ayuda al alumnado a reflexionar sobre lo que ve, sobre los mensajes visuales que consume y sobre el mundo que le rodea.
Alfabetización digital
Editar fotos, utilizar aplicaciones de cámara, comprender nociones básicas de exposición, luz, contraste o resolución… Todo esto favorece el manejo consciente de herramientas tecnológicas, algo esencial en la educación hoy en día.
Expresión personal y fortalecimiento de la autoestima
A través de la fotografía, el alumnado puede expresarse. Expresar emociones, contar historias, o simplemente mostrar aquello que más le importa. Crear algo propio y compartirlo les hace sentirse capaces, creativos y valorados.
Trabajo con competencias clave
Esta propuesta conecta directamente con competencias como la digital, la competencia cultural y artística, aprender a aprender, iniciativa personal o la conciencia y expresiones culturales.
Un reto fotográfico de verano
Propongamos un sencillo desafío voluntario a nuestro alumnado. Algo sencillo, accesible a todos los niveles educativos, y que despierte la curiosidad sin imponer nada. El objetivo es disfrutar, explorar y crear.
“Las 7 fotos de tu verano”
El alumnado deberá capturar 7 fotografías, una por cada categoría propuesta. Pueden hacerlas con el móvil, una cámara digital o incluso con su tablet. Lo importante no es la calidad técnica, sino la mirada personal:
- Un lugar especial (aunque sea tu barrio o un rincón de tu casa).
- Una foto con colores intensos.
- Una imagen que cuente una historia sin palabras.
- Una fotografía en blanco y negro.
- Una foto desde un ángulo original (desde el suelo, desde arriba,…).
- Una foto de algo que represente tus vacaciones.
- Una imagen con simetría o patrón visual.
Al regresar en septiembre, se pueden compartir en un mural, en una galería virtual, o incluso en una pequeña exposición dentro del centro educativo.
Este tipo de actividad también puede aptarse a otros formatos, como mini vídeos, collages, fotonovelas o presentaciones comentadas. Aprovechemos esta flexibilidad para ajustarla al nivel educativo y a los intereses del grupo.
La fotografía no solamente es un arte: es una forma de aprendizaje, expresión y conexión con el mundo. Proponer un reto fotográfico en verano, puede ser la excusa perfecta para que el alumnado siga explorando, desarrollando competencias clave y cultivando su creatividad, siempre sin sentir que están haciendo “deberes”.
Además, es una actividad flexible y gratuita, adaptable a todo tipo de contextos y edades. Desde el profesorado simplemente plantamos la semilla: proponer el reto, animarles a compartir lo que crean y valorar sus miradas cuando vuelva el curso.
¿Te animas a proponer este reto veraniego? ¿Tu alumnado ha hecho ya algo parecido?
¡Cuéntanos tu experiencia y sigamos inspirándonos mutuamente!



