Alicia Delibes: "El gran desafío del siglo XXI es una educación de calidad para todos"

Catherine L’Ecuyer, Alicia Delibes, Esperanza Aguirre e Inger Enkvist han participado en la mesa redonda 'Desafíos de la educación en el siglo XXI', en el marco de los Cursos de Verano del CEU en El Escorial.
MagisterioMartes, 8 de July de 2025
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De izquierda a derecha: Ana Rodríguez de Agüero; Alicia Delibes; Esperanza Aguirre; Inger Enkvist; y Catherine L'Ecuyer en los cursos de verano del CEU.

Bajo el título Desafíos de la educación en el siglo XXI, se ha celebrado en los Cursos de Verano del CEU en El Escorial (Madrid) una mesa redonda en la que han participado la doctora en Educación y Psicología, Catherine L’Ecuyer; la escritora, profesora y exdiputada de la Asamblea de Madrid, Alicia Delibes; la ministra de Educación y Cultura (1996-1999), Esperanza Aguirre; y la historiadora, pedagoga, hispanista y escritora sueca Inger Enkvist. Moderó la mesa Ana Rodríguez de Agüero, directora de CEU Ediciones.

Esperanza Aguirre inició su intervención afirmando que “el gran error de mi vida política fue no poder aprobar un real decreto con la mejora de las humanidades en Secundaria”, y afirmó que “la educación es el gran desafío que España tiene en este momento”. Además, insistió en que esta “no debe renunciar a la transmisión de saberes”. Aguirre afirmó, además, que es importante “defender la libertad de la enseñanza, incluyendo la libertad de la lengua en que esa enseñanza se imparte”.

Por su parte, Alicia Delibes  señaló que “el gran desafío del siglo XXI es una educación de calidad para todos, es decir, si ya hemos conseguido escolarizado a toda la población hasta los 16 años enseñémosles bien; lo más que se pueda. Otra asignatura pendiente y, por lo tanto, un objetivo es la libertad de enseñanza”. En este sentido, afirmó que “la calidad y la libertad van muy unidas, si se busca la calidad la sociedad es menos uniforme, pero es que no queremos una sociedad uniforme. Toda persona que apoya una democracia liberal piensa en individuos, que colaboran para organizarse la vida lo mejor posible, pero son individuos, cada uno con su propia conciencia y responsabilidad, no colectivos”.

Por su parte, Inger Enkvist señaló la “necesidad de tener profesores bien formados que respeten el conocimiento”. Añadió que “un profesor que ha aprendido a respetar el conocimiento respetará a los alumnos y a la escuela como institución. El alumno también debe respetar a los maestros y debe tener la idea de que la escuela es importante”, dijo. En esta línea, subrayó el papel de los padres, “que también pertenecen a este marco de educación”, por eso “deben hablar bien de la escuela en casa; de los contenidos que se imparten en clase”. “Todos los que nos movemos en el mundo de la educación tenemos nuestra función”, explicó.

En el plano político pidió más currículo formativo y con más contenido, así como un examen después de la escuela obligatoria. Para ello, apeló a un Ministerio con “valor y coraje que pueda hacerlo”. “Algún partido debería recoger ese reto”, apuntó. Para Enkvist, es una cuestión de “voluntad política, no de dinero, ya que hay suficiente dinero si se utiliza bien; no como se hace ahora, con el ‘buenismo'”, agregó.

Por su parte, Catherine L’Ecuyer, señaló que “hay que dar menos importancia a los cómo a los qué, y el estudiar el por qué y el para qué, para tener un diagnóstico claro”. Es decir, “volver a los fundamentos, qué es educar, a cuál es el fin de la educación”.

Todas ellas han coincidido en que, en términos políticos, “la educación da mucho susto” y  se han cometido muchos errores. Delibes animó a la sociedad civil a “crear esos currículos claros, que indiquen qué hay que saber en cada curso y la creación de unas pruebas de control para verificar que se han superado esos currículos”. Además, Enkvist pidió que en España haya “una sola educación para evitar la ignorancia y el desprecio a nuestro país”. Y puso como ejemplo los últimos datos del informe PISA en los que se aprecia cómo País Vasco y Cataluña están bajando en calidad educativa “porque han dado prioridad a la lengua”.

Para finalizar, recordaron que “el horizonte político es corto, mientras que el educativo es largo”, y subrayaron el papel de los padres en todo el proceso educativo, en poner “límites a la educación”.

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