Elena Ibáñez y la inteligencia artificial: "Es crítico personalizar todo bajo un punto de vista humano"

Inteligencia artificial, sí... pero bajo un punto de vista humano. En este nuevo episodio de "Orientación para el siglo XXI", Elena Ibáñez detalla el proceso de orientación académico-profesional destacando el papel de la IA a la hora de proporcionar la información necesaria para que el alumno decida sobre sus estudios, y la importancia de los orientadores para acompañarle.
Marta Peiro del ValleMiércoles, 9 de July de 2025
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Saray Marqués (izda.), periodista de MAGISTERIO; y Elena Ibáñez (dcha.), CEO de Singularity Experts.

Uno de los grandes temas de nuestra era es la inteligencia artificial. Y, para este medio, su relación (¿necesaria?) con la educación. De ahí grandes eventos como EducaIA o Ed Finance & Innovation. Y de ahí, también, podcast como el último episodio de Orientación para el siglo XXI.

En él, Elena Ibáñez relata y analiza el impacto que la inteligencia artificial está teniendo en el ámbito de la orientación académico-profesional, una guía fundamental para miles de estudiantes a la hora de decidir entre uno u otro camino para construir su carrera profesional.

El punto de vista humano

La CEO de la plataforma Singularity Experts valora que la tecnología está ayudando a “optimizar y hacer análisis mucho más precisos y rápidos” gracias a la gran cantidad de información que permite recopilar y analizar. Llama la atención, no obstante, en torno a un aspecto que nunca debe faltar: “al tratar de datos tan sensibles y de personas que están en un momento tan importante, es crítico personalizar todo esto bajo un punto de vista humano“.

Según explica Ibáñez, la orientación está basada en dos pilares. Por un lado, “el conocimiento de una persona, su potencial, su perfil, ese ADN único que tiene cada persona”, del que puede salir mucha información en las evaluaciones. Por otro, las recomendaciones. Partiendo de esa base, la orientación trata de “hacer un match. “Como tú eres así, te voy a recomendar esto porque es lo que te encaja y lo que está alineado con lo que eres”, indica. Es en este proceso, insiste Ibáñez, donde “la IA hace un trabajo muy valioso”, pues “llegar a esta conclusión persona por persona, individualmente, para un ser humano, tendría que llevar unos análisis tan largos que… es prácticamente imposible”.

El componente humano, subraya, es fundamental. “La IA está muy basada en patrones, y es lo que hace muy bien. Y los seres humanos somos maravillosamente imperfectos dentro de esos factores. Muchísimas veces hay detalles de conocimiento de esa persona que hacen que haya que derivar esas recomendaciones hacia un sitio, hacia otro… No hay dos perfiles iguales, y no todo el mundo responde a un patrón de una manera tan directa. Es importantísimo que haya un factor humano que pueda hacer como un fine tuning y acompañar en el tiempo a esta persona de una manera más ajustada a lo que se necesita en ese momento”, detalla Ibáñez.

Más información para mejores decisiones

El objetivo, en resumidas cuentas, es “tener intervenciones que tengan más sentido, que sean más relevantes para este estudiante”, que quiere tener toda la información posible para “tomar mejores decisiones”. No obstante, en ese “match con distintas cosas que encajan con la persona”, Ibáñez recuerda que “no hay una única verdad de recomendación y el resto no sirve. No hay equivocaciones en este sentido”.

Un punto de vista externo

Para Ibáñez, cuanto mayor sea la “simbiosis entre la IA y la intervención humana”, mayor sentido, más rigurosa, rica y valiosa será, para el estudiante, la orientación. Con esta meta en mente, la especialista expone cómo este tipo de servicios se están externalizando. “Es muy difícil para una institución educativa desarrollar un algoritmo que permita visualizar… Cada vez más se están externalizando estas cosas, cada vez más salen empresas tecnológicas especializadas en la educación, para implantarlo dentro de colegios“, concluye.

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