Románico VS. Gótico: la guía de turismo cultural por España que necesitas para este verano

No hace falta viajar fuera del país para encontrar verdaderas reliquias artísticas del arte románico y el arte gótico. Varios rincones de la Península ibérica esconden modelos de estos dos estilos tan característicos de la Edad Media. En este artículo, podrás recorrer un itinerario por las obras románicas y góticas de su arquitectura, escultura y pintura. ¡Enriquece tu mente con el turismo cultural español!
Alba UcedaLunes, 28 de July de 2025
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Aunque se diferencian en ciertos aspectos, el estilo románico y gótico tienen una característica principal en común: la simbología cristiana. © ADOBE STOCK

Entre las etapas de la Plena (siglos XI-XIII) y la Baja Edad Media (siglos XIV-XV), comenzaron a proliferar por Europa Occidental dos estilos artísticos nacidos en Francia: el románico (siglos XI y XII) y el gótico (siglos XIII y XIV). Aunque se diferencian en ciertos aspectos, ambos tienen una característica principal en común: la simbología cristiana.

A través de las disciplinas de la arquitectura, escultura y pintura, los artistas representaban figuras religiosas y escenas de la Biblia. La mayor parte de la población era analfabeta (no sabía leer ni escribir), por lo que estas manifestaciones acercaban la fe en Dios a los habitantes.

En cuanto a sus diferencias, mientras que el arte románico tenía un estilo más simple y solía encontrarse en entornos rurales, el gótico aporta mayor expresividad y realismo, y logró realizar una expansión urbana.

Vamos a desglosar cada una de las disciplinas artísticas, atendiendo a sus peculiaridades y mostrando un ejemplo que se encuentre en las regiones del país, para que puedas visitarlo este verano y descubras cada una de las características aquí descritas.

La arquitectura románica

En la arquitectura del estilo románico, destacan edificios como las iglesias, las catedrales y los monasterios, hechos de piedra. Tenían muros grandes y robustos, reforzados con contrafuertes para evitar su vencimiento al poseer tanto peso. Otros elementos que reforzaban su estructura eran las bóvedas de cañón, los arcos de medio punto o las columnas y pilares, que reflejaban una sensación de solidez y protección. Además, al disponer de pocas ventanas y pequeñas la iluminación natural era escasa, lo que hacía de las edificaciones románicas lugares oscuros.

En cuanto a la planta, solía ser basilical o en forma de cruz latina, siendo esta última especialmente común en las iglesias. Podía estar formada por una o varias naves, divididas por arcos. En la cabecera se encontraba el ábside, con forma semicircular, el cual albergaba el altar.

San Martín de Frómista

Uno de los edificios más puros al estilo románico de la provincia de Palencia (Castilla y León), es la iglesia de San Martín de Frómista, del siglo XI. Está formada por tres naves divididas en cinco tramos, uno de ellos de mayor altura, el cual forma el crucero. Las tres naves están cubiertas por bóvedas de medio cañón, siendo las de la nave central y la del crucero las más altas y anchas.

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© PORTAL DE TURISMO DE CASTILLA Y LEÓN

La escultura románica

Las figuras escultóricas solían formar parte de las estructuras arquitectónicas. Principalmente destacaban en las portadas, los capiteles de las columnas (la cabeza de la columna) y los tímpanos, que son el espacio resultante entre el hueco del arco que hay en las portadas y su dintel.

En este lugar, era común representar el Pantocrátor, la representación de Cristo Salvador sentado y bendiciendo, y a su alrededor los Tetramorfos o los cuatro evangelistas y los 24 ancianos del Apocalipsis.

Las representaciones formaban posturas de apariencia rígida, sin apariencia de movimiento y con falta de naturalismo. Las figuras se adaptaban al espacio disponible en el muro para poder esculpir, y aunque ahora muchas han perdido el color, estaban policromadas con colores intensos, predominando el azul, el rojo, el verde y el ocre.

Majestad Batlló

No obstante, también se pueden encontrar esculturas exentas, que no dependen de la arquitectura de los edificios. El ejemplo escogido es Majestad Batlló, la representación de Cristo crucificado en una composición frontal y geométrica. Tallado en madera policromada, se caracteriza por una expresividad solemne. Está vestido con una túnica de colores llamativos y de apariencia lujosa, recordando al estilo bizantino o hispanomusulmán. Actualmente se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

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© MUSEO NACIONAL DE ARTE DE CATALUÑA

La pintura románica

La técnica que se utilizaba en la pintura románica era al fresco en las paredes de las edificaciones, donde todas ellas trataban temas bíblicos o representaban figuras del cristianismo. Al igual que en la escultura, los colores eran intensos y muchos coincidían con los que se empleaban en esta disciplina artística, como el rojo, el azul o el amarillo. Asimismo, era común representar el Pantocrátor con los cuatro evangelistas, representados por el león (San Marcos), el toro (San Lucas), el águila (San Juan) y el ángel (San Mateo).

Ya que el objetivo de las manifestaciones pictóricas románicas era acercar el cristianismo al pueblo, las figuras no eran demasiado realistas, puesto que lo principal era que se entendiese el mensaje. Las figuras eran esquemáticas, rígidas y bidimensionales. El fondo no solía ser relevante, puesto que el protagonismo estaba en la escena en sí, por lo que solía pintarse entero de un color.

Frontal del altar de Durro

Además de la pintura mural al fresco, existían otras tipologías de pintura románica. Entre ellas, destacan las miniaturas, que se incluían para ilustrar los textos de las Biblias, o la pintura sobre tabla, para decorar los altares. Un ejemplo de ello es el frontal del altar de Durro que, aunque actualmente reside en el Museo de Arte de Cataluña, originalmente procede de la ermita de Sant Quirc de Durro, en Lérida. Este retablo representa las escenas del martirio que sufrieron Santa Julita y San Quirce. Madre e hijo sufrieron represalias en tiempos del emperador romano Diocleciano como consecuencia de no renunciar a la fe cristiana.

© MUSEO NACIONAL DE ARTE DE CATALUÑA

La arquitectura gótica

El arte gótico tuvo mayor expansión en las ciudades, por lo que comenzaron a construirse más edificios civiles que durante el periodo románico. No obstante, la edificación destacada de este estilo arquitectónico es la catedral.

Las construcciones comenzaron a ganar altura con el fin de representar el ascenso hacia lo divino. Este rasgo le proporcionaba un aspecto esbelto y estilizado a los edificios. Asimismo, en lugar de emplear arcos de medio punto, los arquitectos utilizaron arcos ojivales o apuntados y bóvedas de crucería, que son el resultado del cruce de dos arcos ojivales.

Gracias a estos elementos, se distribuía mejor el peso, además de contar con la ayuda de los contrafuertes y arbotantes, que soportaban el peso de las paredes tan altas y los techos abovedados. De esta forma, los muros soportaban menos peso, permitiendo la incorporación de ventanales decorados con vidrieras y rosetones de colores que mostraban escenas religiosas. La luz exterior traspasaba las enormes ventanas con un haz de luz multicolor.

Catedral de León

Una de las catedrales góticas más conocidas de España es la catedral de León, con más de 700 vidrieras y uno de los coros más antiguos de España.

© PORTAL DE TURISMO DE CASTILLA Y LEÓN

La escultura gótica

Las figuras representadas a lo largo de la etapa gótica se volvieron más realistas, con rostros que mostraban mayor expresividad. La línea curva que formaban los cuerpos proporcionaba mayor movimiento y rompía con el hieratismo de los siglos pasados. Sin embargo, las esculturas seguían siendo policromadas.

Aunque seguían estando presentes en las portadas y los retablos de los altares, comenzaron a tener un uso funerario, donde representaban el retrato del difunto y otros temas religiosos. También era común encontrar gárgolas, unas criaturas fantásticas en lo alto de los muros que daban salida al agua de la lluvia que se acumulaba en los tejados a través de sus bocas.

Retablo Mayor de la Cartuja de Miraflores

En el monasterio de la Cartuja de Miraflores (Burgos), se encuentra el Retablo Mayor, de Gil Siloé y Diego de la Cruz, cuyo tema es la exaltación del sacramento de la Eucaristía. Está esculpido en madera policromada y dorada.

© DESCUBRIR BURGOS

La pintura gótica

Durante los últimos siglos de la Edad Media, surgieron dos nuevas técnicas pictóricas: pintura en vidrio y al óleo sobre tabla. En las vidrieras era más difícil dar profundidad a las imágenes, pero gracias a las representaciones en tabla fue posible representar la perspectiva de manera más realista. A pesar de que la temática principal de las obras es la religión cristiana, en el gótico los altos estamentos (nobleza, clero y burguesía) encargaban retratos a los artistas.

Al igual que en la escultura, las figuras humanas eran más realistas y daban sensación de movimiento por la curvatura que formaban sus cuerpos. La técnica del óleo se basa en la mezcla de pigmentos a través de un aglutinante a base de aceites vegetales. Su tiempo de secado es más lento, por lo cual es una metodología que facilita la mezcla de colores, realizar correcciones y deja un acabado más brillante.

Asimismo, la riqueza de colores fue mayor, destacando el uso del dorado, se dio mayor importancia a la representación del fondo de las figuras y la expresividad de sus rostros despertaba más sentimientos.

Virgen de la Leche

Una de las iconografías más representadas de la Virgen María en la etapa gótica fue la Virgen de la Leche, donde se puede comprobar a esta figura divina amamantando al niño Jesús. Pedro Berrugete representa esta escena en una de sus obras, que ahora recoge el Museo de San Isidro en Madrid.

La imagen plasma a la Virgen María amamantando al niño Jesús en el interior de un templete, el cual mezcla elementos de la arquitectura renacentista (capiteles corintios y arcos de medio punto), tardogótica (arcos apuntados) e hispanomusulmana (artesonado). En la parte inferior de la estructura arquitectónica aparece representada una escena del Antiguo Testamento con Adán y Eva, mientras que en la parte superior hay presente una escena del Nuevo Testamento con la Anunciación. En la rueda central del artesonado, la paloma del Espíritu Santo.

© MUSEO NACIONAL DE EL PRADO
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