La educación mundial se queda sin financiación
“Invertir en la educación de la infancia es una de las mejores inversiones de futuro, para todos y todas”, Catherine Rusell, directora ejecutiva de UNICEF.
28 países perderán al menos una cuarta parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), necesaria para la enseñanza de los ciclos académicos de preescolar, primaria y secundaria. Los recortes que se están produciendo a nivel global podrían dejar a 6 millones de menores sin escuelas a finales de 2026 (de los 272 millones actuales a 278), según el último estudio publicado por UNICEF. El importe restado a la ayuda destinada a la educación supondrá más de 2.700 millones de euros, de cuyo 80% tres gobiernos donantes serán responsables.
Tal y como muestra el análisis, las zonas de África Occidental y Central enfrentarán el mayor impacto con la cifra de casi dos millones de niños en riesgo de quedar fuera de sus centros educativos. En Costa de Marfil y Malí se enfrentan a una disminución del 4% en sus matriculaciones, equivalente a la pérdida de 340.000 y 180.000 estudiantes, respectivamente. A estas áreas les siguen las regiones de Oriente Medio y el norte de África, prácticamente con un millón y medio de menores sin escolarizar.
Sin embargo, no significa que los niños y niñas que consigan permanecer en las escuelas conserven la misma calidad pedagógica. Los recortes generalizados podrán mermar la capacidad de los gobiernos para planificar con información fiable, apoyar a la formación de los profesores y realizar un correcto seguimiento de los resultados de aprendizaje. Al menos 290 millones de estudiantes se verán perjudicados por esta problemática.
Las escuelas de primaria tendrán las peores consecuencias
La educación primaria será el nivel de estudios más afectado. La reducción de un tercio en su financiación profundizará la crisis del aprendizaje, lo que pondrá en riesgo la pérdida de aproximadamente 140.000 millones de euros en ingresos a lo largo de la vida de todos los niños y niñas en conjunto.
“Cada dólar que se recorta en educación no es simplemente una decisión presupuestaria, es el futuro de un niño o una niña que está en juego”, ha afirmado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Rusell.
El impacto hacia otros sectores
La educación va más allá del aprendizaje, especialmente en contextos de emergencia humanitaria, pues genera espacios que ofrecen apoyo, estabilidad y normalidad a los más pequeños.
En consecuencia de los recortes, las subvenciones destinadas a estas partidas del presupuesto para la educación podrían caer en picado hasta un 10%. “La educación, especialmente en contextos de emergencia, suele ser un salvavidas que conecta a los niños con servicios esenciales como salud, protección y nutrición. Además, brinda la mejor oportunidad para que un niño o una niña salga de la pobreza y construya una vida mejor”, explica Rusell.
UNICEF asegura que en países como Bangladesh cientos de miles de niños corren el riesgo de perder para siempre el acceso a la educación básica, dejando a menores expuestos a la explotación, el trabajo y la trata infantiles.
Asimismo, servicios esenciales vinculados a dicho presupuesto, como los programas de alimentación escolar, experimentarán un descenso del 50% en sus recursos económicos. También se prevé que el apoyo a la educación de las niñas se reduzca significativamente.
Acciones para la protección de la educación
Desde la ONG de Unicef han propuesto una serie de medidas para que los países donantes y aliados de la AOD puedan combatir la crisis mundial educativa.
- Reequilibrar la ayuda educativa para que sea más equitativa y eficaz, destinando al menos el 50% a los países con menores recursos.
- Salvaguardar la financiación para educación en emergencias y priorizarla como una intervención vital junto a otros servicios esenciales.
- Focalizar la asistencia educativa en los aprendizajes fundamentales, especialmente en la primera infancia y la educación primaria, donde el retorno es mayor.
- Simplificar la arquitectura financiera global en línea con la Iniciativa UN80 para mejorar la eficiencia.
- Ampliar la financiación innovadora sin sustituir la financiación básica destinada a educación.
La directora ejecutiva de UNICEF explaya que los estados “prosperan más cuando sus niños y niñas reciben educación y están sanos”, lo cual conduce a la estabilidad y la prosperidad global.


