La escuela, espacio de aprendizaje
Flipped classroom: cómo convertir la escuela en un espacio de aprendizaje es el título de uno de los libros de Raúl Santiago, doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Navarra. Actualmente es profesor de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de La Rioja y director del Máster en Metodologías y Tecnologías Emergentes Aplicadas a la Educación.
Experto en dar la vuelta a la clase, presentará este modelo pedagógico de vanguardia el 3 de octubre en CaixaForum-Madrid en la jornada de Innovación Educativa para la Excelencia Docente” (Ineed) organizada por Ippex-Madrid.
Según Raúl Santiago, “la flipped classroom es un modelo pedagógico más que una metodología. El modelo pedagógico se fija en las fases: lo que hace el alumno antes de las clases, lo que hace durante y lo que hace después. En cualquier caso, el modelo de clase al revés se lleva muy bien con estas metodologías activas”.
En este modelo, “el profesor adelanta al alumno todo el contenido en formato vídeo o audio, imágenes, etc… que permitan la comprensión de lo que hay que hacer, para luego desarrollarlo en el aula. En este sentido, facilita la participación de los estudiantes en el aprendizaje activo a través de preguntas, discusiones y actividades aplicadas que fomentan la exploración, la articulación y aplicación de ideas”.
Para saber si este modelo contribuye a la excelencia o a la mejora de la Educación, “hay que saber que la excelencia es darle a cada alumno la posibilidad de desplegar su potencial a lo largo de su formación escolar y que esto le lleva a la motivación y a desarrollar habilidades sociales y académicas que posibilitan la personalización del aprendizaje”, dice este experto.
Respecto a sus resultados, Raúl Santiago dice que “se está midiendo a través de un cuestionario que se ha aplicado a más de 600 alumnos; y los resultados son abrumadores respecto a la aplicación del modelo”. Entre otras cosas, “los alumnos perciben si el profesor tiene en cuenta sus necesidades académicas, si tienen más posibilidad de colaborar con sus compañeros, la capacidad de trabajar a su propio ritmo… Se acelera el proceso de asimilación gracias a la resolución de dudas, aumenta las capacidades de pensamiento crítico, la reflexión y la creatividad. Una serie de ítems que tienen que ver con la esencia del aprendizaje”, dice Santiago.
Respecto a la jornada del próximo 3 de octubre, Santiago asegura que “le gustaría que los asistentes tuvieran la sensación de que hay que cambiar; si es que no lo han hecho ya. Y la segunda, que se puede hacer, que es factible. Se puede empezar a dar pequeños pasos para conseguirlo”.