Las comidas escolares marcan la diferencia entre acudir o abandonar la escuela

En lugares del mundo donde las familias no disponen de recursos necesarios para alimentar a sus hijos, las comidas escolares son el salvavidas de muchos niños, aportándoles la energía y los nutrientes necesarios para rendir durante la jornada escolar.
Alba UcedaJueves, 18 de September de 2025
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Para la infancia, las comidas escolares marcan la diferencia entre aprender y abandonar la escuela, entre la dignidad y la exclusión, entre el hambre y la esperanza

Más de 2.000 millones de personas en el mundo tienen que convivir con las consecuencias que supone la falta de alimentos. Solo en África el hambre afecta a 307 millones de sus habitantes, uno de cada cinco. En este contexto, las comidas escolares son un alivio en la economía familiar. Gracias a ellas, los progenitores se aseguran de que sus hijos reciban al menos una comida diaria.

Con motivo de la celebración de la Cumbre Mundial sobre Comidas Escolares 2025, convocada los días 18 y 19 de septiembre en Brasil, la ONG World Vision ha presentado el estudio La alimentación escolar en nuestras palabras: eligiendo nuestro futuro. Esta investigación esta dirigida a niños y niñas de entre tres y 18 años de 13 países, con el objetivo de que sus experiencias y su opinión respecto a la alimentación escolar sea escuchada y difundida.

Lisa O'Shea, directora senior de Defensa digital y dirigida por niños, Defensa y participación externa de World Vision: "

Para los gobiernos, los donantes y los socios para el desarrollo, el mensaje es claro: lo que se necesita ahora es una acción audaz y sin complejos. No actuar no es solo una negligencia, es imperdonable

"

Perspectivas divididas

Aunque la mayoría de los infantes han valorado positivamente sus comidas (59%), hay muchos que se han mostrado insatisfechos (38%). En países como Zambia prácticamente la totalidad de los encuestados (99%) han calificado su alimentación escolar como “muy buena” o “buena”. No obstante, estudiantes de otros lugares sentenciaron que las comidas eran muy repetitivas, muy sencillas e incluso que las porciones eran demasiado pequeñas. “Algunas veces, la comida es buena, pero algunas veces no tiene sabor. Como porque tengo hambre”, explaya una niña de 14 años de República Dominicana.

De hecho, en algunas áreas del mundo, varios niños declaran haber enfermado por un mal almacenamiento de los alimentos, como le sucedió a un niño peruano. Al igual que los alimentos, las instalaciones donde se preparan y se ingieren las comidas deben ser espacios seguros y limpios, y los infantes aprecian que estas premisas se cumplan. Varios estudiantes camboyanos indicaron que confiaban en que sus alimentos eran buenos y seguros porque las cocinas estaban limpias y la comida bien preparada.

Todas estas cuestiones fueron las más solicitadas por cambiar en voz de los encuestados: la cantidad de las raciones, la variedad de alimentos y la limpieza y la seguridad.

¿Por qué es tan importante comer en la escuela?

En las áreas del planeta expuestas en este informe, el plato ofrecido en los comedores de los centros educativos puede transformar la trayectoria escolar de cualquier infante. Los alimentos aportan nutrientes y energía que les ayudan a concentrarse (entre el 70% y el 95% afirmaron esta idea), reducir el estrés familiar y sentirse cuidados. “Mi desayuno escolar me ha ayudado a estar sana, tener un cuerpo fuerte y un cerebro brillante”, asegura Chandy, una niña camboyana de 13 años de edad que aspira a ser profesora.

Los beneficios que les aportan los alimentos incentivan a los alumnos a continuar con su trayectoria académica, lo que les aparta del trabajo y el matrimonio infantiles. Por otro lado, las escuelas aprovechan sus programas de alimentación para brindar otros servicios de salud, como la vacunación y la desparasitación, además de que han conseguido generar cuatro millones de puestos de trabajo en 85 países desde 2020.

Varios niños declaran haber enfermado por un mal almacenamiento de los alimentos

Ser escuchados por la sociedad y las instituciones políticas

La gran mayoría de los niños y las niñas reclamaron ser escuchados para sentirse reconocidos, incluidos y valorados. Estos aseguraron que nunca se les preguntaba por su opinión respecto a la alimentación escolar, a pesar de que padres y profesores sí intercambian criterios respecto a las comidas en las escuelas. “Es importante que nos escuchen, porque somos nosotros los que comemos la comida”, manifiesta un adolescente de 15 años de Guatemala.

Realmente, la inversión financiera en comidas escolares es ínfima en comparación con las ventajas que ofrece: por cada dólar destinado a la alimentación en las escuelas se generan entre tres y nueve dólares en beneficios sociales y económicos. Incluso algunos estudios apuntan a unos beneficios agregados de hasta 35 dólares en todos los sectores.

No obstante, la financiación externa es cada vez menor. Por ejemplo, en estados como Zimbabue, los niños y niñas describieron el impacto de un suministro de alimentos irregular o inadecuado: hambre, fatiga y exclusión del aprendizaje. “No se trata solo de una cuestión nutricional, sino de dignidad, justicia y educación. Y los mejores para decirnos cómo hacerlo bien son los propios niños y niñas”, explica la directora senior de Defensa digital y dirigida por niños, Defensa y participación externa de World Vision, Lisa O’Shea.

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