¿Hablas conmigo... DECINE? con Miguel Ángel Vivas, director de 'La tregua'

En este nuevo episodio de ¿Hablas conmigo... DECINE?, nos acompaña el director de cine Miguel Angel Vivas, para presentar su nueva película 'La tregua', que se estrenará en cines el 10 de octubre en España.
Diego Moreno-ArronesViernes, 10 de October de 2025
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Nueva entrega de ¿Hablas conmigo… DECINE? y regresamos con una charla potente junto a Miguel Ángel Vivas, director de Secuestrados y Extinción, además de algunos episodios  La casa de papel y Vis a vis, para hablar de su nueva película, La tregua, un proyecto inusual, una coproducción con Kazajistán sobre prisioneros españoles en un gulag tras la Guerra Civil. Un relato sobre supervivencia, memoria y reconciliación que busca emocionar sin caer en el discurso político.

La tregua: Del documental al gulag

El origen de La tregua fue casi accidental. El productor César Benítez descubrió un documental sobre los gulags soviéticos y llamó directamente a Vivas, como él mismo comenta, “aquí no hay una película, hay un peliculón“. Junto al coproductor Emilio Pila y el propio Vivas, el proyecto fue tomando forma hasta lograr una coproducción con Kazajistán. Sin embargo, los problemas políticos y económicos impidieron rodar allí, lo que llevó al equipo a reconstruir todo el campo de prisioneros en España, en una antigua base aérea abandonada.

El resultado fue una proeza técnica, más de 10.000 metros cuadrados transformados en un gulag soviético, construido desde cero, sin recurrir a efectos digitales. El vestuario fue diseñado con materiales auténticos y documentado en Rusia y Kazajistán. “Quería que el público sintiera el frío, el barro y la dureza del lugar”, explica Vivas. Y lo consigue con creces.

Un cine humano y sin bandos

A pesar de su ambientación histórica, La tregua evita el mensaje partidista. Vivas insiste en que no es una película política, sino humanista. Los protagonistas, republicanos y nacionales, deben sobrevivir juntos y, en ese proceso, descubren que sus diferencias ideológicas importan menos que su humanidad compartida.

La película habla, en el fondo, del presente. El director observa una sociedad polarizada que ha olvidado distinguir el bien del mal sin pasar por el filtro de la ideología. En su historia, el arte, la música o incluso el fútbol funcionan como puentes entre enemigos. Es una tregua emocional más que política, un recordatorio de que solo reconociendo al otro se puede avanzar. Como señala Vivas, “toda historia antigua, contada hoy, se convierte en actual”.

Entre proyectos, el director confiesa que escribe una comedia y celebra el buen momento del cine español. Trabajo a trabajo, Vivas reafirma una idea sencilla: cuando el cine se hace con principios y con piel, la etiqueta importa menos; lo que queda es la verdad de las historias.

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