Halloween nos impregna de color

Llegamos al final de octubre, cuando los colores de Halloween se hacen presentes en los comercios y algunos centros educativos, cada vez con más protagonismo.
Isabel Jiménez ArenasMiércoles, 29 de October de 2025
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© ADOBE STOCK

En octubre, la festividad de Halloween llega a algunos centros educativos y se hace presente con sus característicos colores. Independientemente de que los niños se disfracen o no, es normal que se vean algunas referencias como dibujos hechos por ellos mismos, algún peluche, pegatinas, chucherías, dulces, pequeñas cosas que dinamizan la fiesta y la hacen divertida, porque no todo va a ser para sentir miedo y manifestar lo terrorífico.

Halloween no solo pertenece a la estética del miedo, sino que acaba siendo creencia. Entonces es elección nuestra darle o no su lugar en la asignatura adaptándonos a cada edad del alumnado. Y, dado que es inevitable que nuestros alumnos y alumnas vayan incorporando emociones vividas en torno a esta popular fiesta, de algún modo podemos ir dándole forma a la impronta estética que persiste. Será el poso que quedará en el último ciclo de Primaria y acabará siendo semilla para su bagaje interpretativo del proceso perceptivo.

Uno de los aspectos básicos en este escenario es que como denominador común está el color. Los colores de fantasmas, brujas, espantapájaros, calabazas, arañas, gatos, murciélagos y demás personajes también forman ya parte indispensable de los colores del otoño.

Precisamente, el estudio del color puede ser un modo de integración y comprensión de la estética de Halloween desde la Educación Artística. Y tendremos en cuenta que existe un marco común a todos los estudiantes dentro del cual se experimenta con el color. Los estudiantes de Primaria se encuentran en un proceso que va desde el estudio de los colores primarios y secundarios hasta los usos expresivos y culturales del color, pasando por los colores complementarios y las gamas cromáticas. Y todo ello ha de  comprenderse dentro de las bases para la alfabetización visual, la cual requiere del ejercicio de la percepción visual, que se va desarrollando a lo largo de los tres ciclos.

El color es un elemento configurador del lenguaje visual y como tal hemos de tratarlo a la hora de transmitir a los niños su función. Ellos adquieren este conocimiento de modo casi inconsciente, pero también cuentan con el apoyo de los tutores y profesores.

¿Cómo podemos hacer reflexionar al alumnado de Primaria sobre el valor plástico y estético de los colores de Halloween? En principio, será más sencillo hacerlo desde la práctica y poco a poco ir incorporando aspectos teóricos.

El color en los disfraces y decoraciones

Los niños y niñas, de Infantil y Primaria sobre todo, encuentran atractivo asomarse a las tiendas, quedarse observando los escaparates y mirar los símbolos que reconocen dentro de la iconografía de Halloween. En realidad, el color es lo que hace que sea tan atractivo para ellos. Y es que los colores de Halloween son su salsa.

El negro, el morado, el blanco, el naranja y el rojo, con sus variantes tonales, son los colores básicos que se utilizan en las decoraciones y disfraces de Halloween. Y además contamos con la presencia ocasional de algunos colores complementarios a estos.

La comprensión de estas gamas vendrá dada por su asociación con la forma. Es decir, que los niños y niñas sabrán identificar de modo muy sencillo el negro con el murciélago, el vampiro o el gato, el blanco con el fantasma, la momia o el esqueleto, el naranja con la calabaza y el morado con la noche. Y también pueden relacionar el marrón con el espantapájaros o el verde con una bruja. Por consiguiente, además de las asociaciones universales compartidas, pueden surgir otros significados simbólicos que convivan con las elecciones personales que del color haga cada niño o niña.

La diseñadora Donis A. Dondis en La sintaxis de la imagen (1978), su análisis sobre el color, concretaba que los colores son para nosotros estímulos comunes a los que asociamos un significado. A su vez, una amplia categoría de significados simbólicos engloba a cada color. Esto significa que el color es portador de vocabulario útil en la alfabetidad visual. Pero, en la comunicación visual, lo que nosotros conocemos del color depende de cómo reaccionamos ante él.

No obstante, no existe un sistema unificado de las relaciones mutuas de los colores. Pero sí hay tres dimensiones según las cuales podemos medir y definir el color. Son el matiz, la saturación y el brillo. Resumiendo cada una de ellas, podemos explicar en clase, de modo sencillo, que hay tres matices primarios, el amarillo, el rojo y el azul, y tres secundarios, el naranja, el verde y el violeta. Cuando se utilizan estos matices de manera pura, sin mezcla, son más expresivos y transmiten mayor emoción. Estos colores se dice que son saturados porque son más puros respecto al gris. Ahora bien, aunque el grado de saturación aumente o disminuya, el brillo del color no varía. Es decir que el tono del color no cambia.

Para que los alumnos y alumnas de Primaria entiendan bien estos conceptos, es necesario que realicen un mapa cromático con tempera o acuarela. En él irán creando colores más o menos saturados variando el azul hacia el amarillo, el amarillo hacia el rojo y este hacia el azul. Por el camino encontrarán el verde, el naranja y el púrpura.

Ahora bien, si queremos que este ejercicio general sea una reflexión sobre los colores de Halloween, destacaremos los propios de la fiesta, señalando que el naranja puede estar más o menos cercano al amarillo y ser entonces complementario del morado o púrpura. Esta combinación junto con el blanco y el negro es una de las más atractivas visualmente y es utilizada para captar la atención y crear sensación en las decoraciones.

Después de que nuestros alumnos y alumnas hayan comprendido en mayor medida el concepto del color, podemos proponerles que elijan algunos colores del mapa cromático para decorar una tarjeta de felicitación de Halloween, que ellos mismos realicen. En ella dibujarán las figuras representativas que ellos prefieran. Y según el ciclo en el que estemos enseñando, estableceremos grados de menor a mayor dificultad artesanal. Claro está que va a depender de las edades del alumnado el nivel en que trabajemos las actividades sobre Halloween. Y será aconsejable evitar transmitir el concepto de lo terrorífico.

Ya estamos aquí.

Halloween, 2025.

La festividad contextualizada

Por lo tanto, incorporar las referencias a Halloween desde el análisis del color es instructivo y, también, un bonito modo de no quedarse en lo superficial.

De hecho, no podemos banalizar esta fiesta cuando existen tantas conexiones con tradiciones ancestrales, siendo algunas no solo paganas sino también de índole religiosa. Ni que decir tiene que, aunque Halloween sea una celebración asimilada desde otra cultura, su origen, en realidad, no está tan alejado de la festividad cristiana de Todos los Santos.

Sobre el origen de Halloween se pueden leer artículos bastante recientes, que constatan conexiones curiosas entre gentes de varias épocas y países. Un artículo a destacar en esta dirección es “What is the history of Halloween?”, escrito por Lauren Good. En él la autora analiza algunos de los símbolos de la fiesta como el gato negro o la calabaza. También el juego del «Truco o Trato» y la costumbre de los disfraces.

Entonces, no es difícil darse cuenta de que el mensaje intrínseco de Halloween es comprensible desde cualquier cultura. Sería muy enriquecedor hacer un resumen, adaptado a cada ciclo, para exponerlo en clase.

Además, teniendo en cuenta la inevitable conexión entre el lenguaje visual y audiovisual, trasladable al aula, es aconsejable integrar otros modos de expresión, dentro del lenguaje escrito o hablado, para transmitir conocimientos en torno a esta celebración.

Como sugerencia, podemos mostrarles alguna animación de calidad como The skeleton dance, El baile de los esqueletos, que transcurre en un cementerio. Fue animada por Ub Iwerks, figura esencial en Walt Disney Company. Realizada en blanco y negro, es especialmente adecuada para Halloween y divertida para mostrarla en Primaria. Resulta muy interesante el perfecto equilibrio entre los movimientos de los esqueletos y la música. Se ve como un esqueleto convierte la columna vertebral de otro en un xilófono o la cola de un gato en un instrumento de cuerda. En algunos momentos puede resultar algo macabro, pero más bien se trata de una travesura del propio animador para mostrar una supuesta vida de los esqueletos.

Sorprende pensar que este corto fuera producido y dirigido por Walt Disney hace casi cien años, en 1929, y parezca tan atemporal.

Seguro que alguna vez os habéis planteado cómo hacer referencia a Halloween cuando llega la fecha. Sois bienvenidos a aportar las ideas que os gusten en los comentarios.

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