José Antonio Marina: "En cinco años podríamos tener una escuela sin valores humanísticos"

José Antonio Marina no necesita presentación, pero sí contexto: filósofo, ensayista y pedagogo, lleva décadas reflexionando sobre la inteligencia, la ética y la educación, siempre con vocación práctica. Su último libro, 'La vacuna contra la insensatez' (Ariel), recoge esa trayectoria y la condensa en un tratado que actúa como manual de inmunología mental: un intento de diagnosticar los fallos de pensamiento que afectan a nuestra sociedad y proponer, desde la escuela, una terapia posible. En esta charla, Marina conversa sobre una educación que ha perdido el norte ético y sobre las “vacunas” que podrían recuperar el juicio colectivo.
José Mª de MoyaMartes, 8 de July de 2025
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Marina identifica ciertos “virus mentales” en prácticas educativas: una es la aversión a la memorización. Según él, «un virus mental clarísimo: no hay que aprender las cosas de memoria». También critica el exceso de motivación como condición para aprender —esa confusión entre deseos y deberes— y defiende que sin voluntad y disciplina no hay aprendizaje genuino.

Educar la inteligencia y el carácter

Marina describe la inteligencia como dual: un sistema “generador” y otro “ejecutivo”. Si no se desarrollan las funciones ejecutivas “nos salen sujetos muy impulsivos, que no fijan la atención, que no gestionan bien las emociones”. Además, defiende que la educación debe fomentar virtudes, mencionando que “la teoría de las virtudes… se aprenden por repetición” y lamenta la desaparición del concepto de deber en el lenguaje pedagógico: “El deber es aquellas condiciones imprescindibles para realizar un proyecto.”

Redes sociales: un marco de insensatez

Señala al año 2008 como un momento crítico: con los móviles conectados a internet llegaron el botón de “like”, la cámara frontal y el scroll infinito. Según Marina, “nos estamos moviendo en ese terreno… sometemos a nuestra gente joven… a un régimen de comparación continuo”. Concluye que “las redes sociales… son literalmente destructivas de cualquier sistema educativo”. Extiende el problema a otros ámbitos que “promueven credulidad o desactivan el pensamiento crítico”, y compara la ideología con la mixomatosis en su impacto educativo.

Vacunas mentales para la escuela

A pesar del diagnóstico sombrío, Marina apuesta por el optimismo fundado en la acción: “Sabemos cuáles son nuestros puntos débiles y por lo tanto empezamos a saber las vacunas con las que podemos contrarrestar esto”. Insiste en que la solución es colectiva y práctica: “Quien piense que esto no tiene solución, que se vaya… que no se dedique a la Educación”. Propone una cartilla de “vacunas mentales” específicas para cada etapa educativa y recuerda que los fallos cognitivos nos afectan a todos, por lo que “tenemos que andar con cuidado con ellos… porque, sin darnos cuenta, caemos en ellos con muchísima facilidad”.

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Comentarios

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  1. Dolors Font Llobera
    10 de July de 2025 12:53

    Molt interess per audiovisual I mitjants de comunicacio