La coeducación vs. pigmalión

Desde DoFemCo, venimos señalando desde el año 2020 que la Coeducación Real es la única arma para luchar contra esas normas. Es la práctica coeducativa la que sitúa a nuestras alumnas en el centro de una educación verdaderamente democrática y trasformadora, la que les muestra que no es el patriarcado quien debe indicarles cómo deben ser físicamente, cómo deben vestir, cómo deben comportarse.
Núria LlagüerriViernes, 18 de July de 2025
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Pigmalion y Galatea (Auguste Rodin, 1909).

Uno de los referentes clásicos del patriarcado de este s. XXI es, sin duda, Pigmalión. Según nos transmite Ovidio en Metamorfosis X 243-298, este joven talentoso no encontraba una mujer digna de recibir su amor y convertirla en su esposa, puesto que consideraba que todas las mujeres estaban dominadas por la depravación, así que creó a su esposa ideal: modeló una estatua de mujer indescriptiblemente bella, según su parecer. La vestía, la maquillaba, la besaba, convivía con ella y tan perfecta le parecía que rogó a la diosa Afrodita que la convirtiera en humana. ¿Cómo no iba la diosa a satisfacer el deseo de tan mañoso mortal? Pigmalión llegó a su casa después de las fiestas en honor a la diosa en la isla de Pafos y, al besar a su estatua/mujer, notó calidez en sus labios. No podía creerlo, su obra se había transformado en una hermosa mortal a la que él sí consideraba digna de convertirse en su esposa, de hecho, la propia diosa Afrodita acude a su boda. Es curioso como en todo el relato ovidiano, la estatua/mujer no pronuncia una sola palabra, la única reacción que se describe de ella es que se ruboriza cuando su esposo/creador la besa. También resulta llamativo el hecho de que esta mujer no tenga nombre, en toda la mitología clásica no se encuentra una sola fuente que nombre a esta mujer ideal, sin voz, pero que es un perfecto adorno para su esposo. Así, lo único que la hacía valiosa para su creador/esposo, aquello que la ha hecho famosa a través de los siglos hasta que, según parece, Rousseau decidió llamarla Galatea, fue su hermosura.

Durante siglos, ha sido el patriarcado el que ha configurado el ideal estético de las mujeres, han sido ellos quienes han dictado las directrices que toda mujer que quisiera sentirse deseada e incluso amada por los hombres debía seguir

Durante siglos, ha sido el patriarcado el que ha configurado el ideal estético de las mujeres, han sido ellos quienes han dictado las directrices que toda mujer que quisiera sentirse deseada e incluso amada por los hombres debía seguir. A ninguna se nos escapa que hoy en día continúa siendo el patriarcado quien crea, configura y muestra a las mujeres el patrón estético que deben asumir, es decir, el patriarcado sigue siendo ese Pigmalión que modela a Galateas para su uso y disfrute. Esta realidad la vivimos día a día en nuestras aulas las docentes y vemos a nuestras alumnas seguir esos preceptos impuestos por ellos y que encuentran en las diferentes redes sociales en las que pasan una gran parte de su tiempo. Estas imágenes de mujer que configuran los modernos Pigmaliones minan la autoestima de nuestras alumnas al someterlas a sus dictados estéticos y rechazarlas si no encajan en ellos. Nuestras alumnas sufren bajo las perversas normas estéticas del patriarcado, rechazan sus cuerpos, se autolesionan y se mutilan para encajar en ese cruel prototipo. ¿Qué solución hay?

Desde DoFemCo, venimos señalando desde el año 2020 que la Coeducación Real es la única arma para luchar contra esas normas. Es la práctica coeducativa la que sitúa a nuestras alumnas en el centro de una educación verdaderamente democrática y trasformadora, la que les muestra que no es el patriarcado quien debe indicarles cómo deben ser físicamente, cómo deben vestir, cómo deben comportarse. Es la Coeducación Real la única práctica docente que reestablece a nuestras alumnas el lugar que les ha sido usurpado y que les pertenece, es decir, el mismo lugar que el androcentrismo reserva a nuestros alumnos: el punto central, el lugar de la relevancia y el prestigio social. Es la Coeducación Real la que les muestra que son más que estatuas sin voz, idénticas y mudas que el patriarcado neoliberal pone al servicio de los chicos como modelo de mujer deseable. Es la Coeducación Real la única que les enseña que no deben ser Galateas modeladas por ningún Pigmalión. Y no vamos a dejar de señalarlo y de proporcionar las herramientas necesarias para que todas y todos los docentes puedan hacer uso de ellas.

Núria Llagüerri Pubill, Dra. Filología griego. Miembro de DoFemCo

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  1. Maria Mercedes Ramos Pérez
    19 de July de 2025 09:06

    Un hecho palpable de la expoliación de nuestras palabras por el patriarcado, aquellas que hacen referencia a la igualdad entre hombres y mujeres, necesiten apellidarse: coeducación “real”, igualdad “real”… En fin. Gracias por el artículo. Me he suscrito